En el capítulo 10 del libro de los hebreos se halla una explicación magistral del porqué del sacrificio de Cristo. En el pasado domingo leímos parte de ese capítulo:
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Destaca que la obra del Señor en la Cruz, abrió un camino nuevo y vivo través de su propia carne, de su cuerpo entregado en esa cruz. Qué bueno es pensar que hoy podemos acceder con libertad a Dios a través de tan precioso y formidable camino.
En ese camino hay que considerar 4 verbos:
1.- Acerquémonos con corazón sincero. Dios nos invita a acercarnos a Dios a través de ese nuevo camino, teniendo como requisito ese acercarse el tener un corazón sincero.
2.- Mantengámonos firme. Este camino nuevo y vivo a menudo tiene complicaciones que hacen difícil el andar por el. Problemas, incomprensiones, enfermedades, y otras situaciones de apremio, a veces nos hacen desfallecer, pero el llamado de Dios es a mantenernos firmes, sin fluctuar, sin variar nuestra forma de creer, pensar y actuar.
3.- Considerémonos unos a otros. En este camino vivo se transita en hermandad, considerándonos el uno al otro, preocupándonos el uno por otro, cubriendo las necesidades del uno al otro, motivándonos entre nosotros a amar y a realizar buenos obras por los más débiles y desposeídos.
4.-. No dejando de congregarnos. Hoy un mal de las congregaciones es el faltar sin ningún remordimiento a los servicios. Ante cualquier eventualidad o compromiso faltamos a la casa de Dios y algunos lo hacen un habito el dejar de congregarse. El llamado en este camino nuevo y vivo es a congregarnos para enfrentarnos a la Palabra de Dios, para orar el uno por el otro, para alabar y adorar a Dios por su grandeza y fidelidad y para disfrutar de la compañía de los hermanos y amigos que nos congregamos en la Casa de Dios.
Hoy podemos ir a Dios por ese esplendido camino nuevo y vivo, que es el cuerpo de Cristo entregado por nosotros, avancemos por ese camino obedeciendo a lo que Dios espera de nosotros, los que hoy caminamos a la sombra de la Cruz de Cristo.
Un abrazo y bendiciones.
JGR