donde está DiosPensando en el “Día de la Iglesia Evangélica Chilena”, la  semana anterior revisamos como fue que llegamos al evangelio, para ello  meditamos  los pasajes de “El Gadareno”, “Felipe y el Etíope” y “El carcelero de Filipos”.

Pero al llegar a la iglesia, Dios espera y desea  que nosotros actuemos de determinada manera, de  eso trato el mensaje del domingo pasado, como una continuación del mensaje  anterior. Para esto revisamos los mismos tres pasajes.

 

El Gadareno: una vez que este hombre es liberado de su miserable vida, su nueva vida  se refleja en el texto, que menciona que cuando la gente de la ciudad llego para ver que había acontecido con el hombre  endemoniado y los demonios que salieron de él, hallaron al que había estado endemoniado sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio. Ante la magnitud de lo acontecido en su vida,  al  marcharse de esa región Jesús, el que estuvo endemoniado procuró ir con Él, pero El Señor no se lo permitió y le ordeno: “Vuélvete a tu casa y cuenta cuan grandes cosas  ha hecho Dios contigo”.  Esto nos enseña que Dios espera que los que llegamos alguna vez a la Iglesia demos testimonio de la obra de Dios en nuestras vidas, por algún medio y forma hay que contar  a otros de la obra poderosa de Dios hoy en día.

 

El Etíope.  Mientras Felipe le declaraba el evangelio y el plan de salvación por medio de Jesucristo al eunuco Dios obro en su corazón. Entendió y reconoció que era un pecador, vio en la muerte de Jesús  en la cruz un medio de reconciliación con Dios, pero lo importante de este pasaje es que no se quedó en eso, dio un paso más y mando a detener el carro y pidió ser bautizado.  Este hecho es mucho más que un acto religioso, es una señal para los miembros de la Iglesia, los que no solo debemos reconocernos pecador y aceptar a Jesús como nuestro salvador, sino que debemos  dar un paso más y tomar un compromiso serio de cambio y actitud  en nuestras vidas. Romanos 6 enseña  que “porque somos sepultados  juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.  Bautismo es el compromiso público a vivir una vida nueva.  Eso es lo que  desea Dios de su Iglesia.

 

El carcelero de Filipos: Este hombre que no necesitaba ni deseaba conocer a Dios, por medio de un milagro se rinde ante Dios.  Se da cuenta que Dios gobierna la naturaleza y más aún los corazones endurecidos de los hombres.  Él está acostumbrado a trabajar con villanos y bandidos  , por eso reconoce como  sobre natural que nadie halla escapado luego de que todas las celdas  quedaran abiertas en medio del caos de un terremoto en medio de la noche. Al reconocer su pequeñez ante la omnipotencia de Dios pregunta: “¿qué debo hacer para ser salvo?”, la respuesta va más allá de las expectativas del carcelero, pues no solo lo involucra a él sino a toda su familia: “Cree tú y serás salvo tú y toda tu casa” y leamos con cuidado el versículo que sigue:  “Y le hablaron la palabra del Señor a el y a todos los que estaban en su casa”. El carcelero escucho y practico de inmediato lo enseñado, procuro la salvación para él y toda su familia.  La salvación es individual, pero el evangelio es para la familia,  los jefes de hogar debemos procurar que toda la familia participe  del evangelio, la asistencia a los servicios y diversas actividades de la Iglesia, deben ser parte prioritaria  de la agenda de la familia. Los miembros  de la familia deben motivarse mutuamente a ser fieles creyentes, no se trata de ser salvo tú y no preocuparte de los demás de la familia, se trata de ser salvo tú y toda tu casa.

 

A través de estos tres pasajes podemos ver lo que espera Dios de los miembros de la iglesia evangélica que pronto estaremos de celebración.  Familias unidas que sirven fielmente a Dios con compromiso profundo de cambio de vida y dando testimonio de lo  que ha hecho Dios en  ellos.

 

 

JGR

 

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