La semana pasada observamos la historia de Onésimo, el esclavo de Filemón que paso a ser doblemente esclavo, pues aparte de esclavo de Filemón paso a ser esclavo de Cristo.
La bella historia de Filemón, nos Adentró en el mundo de la libertad y la esclavitud, afortunadamente ya erradicada de la cultura humana en estos días.
Uno de los versículos citados en el sermón pasado fue: 1 Corintios 7:21-22 “¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.
22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo”
Este versículo nos debe llevar a pensar en nosotros y nuestra situación respecto a Cristo, pues claramente nos declara que si hemos recibido a Cristo, hemos sido hechos siervos o esclavos de Él. Ante esto deberíamos hacernos varias preguntas y buscar en las santas escrituras la respuesta.
¿Cómo es que llegamos a ser esclavos?
Sabemos que un esclavo alcanzaba esa condición al ser cautivo en una guerra, o al ser comprado a un mercader de esclavos, o por compensación cuando robaba y no podía cubrir lo robado o voluntariamente se auto esclavizaba cuando la pobreza así lo requería. Las escrituras nos dicen al respecto.
1Corintios 6:20; “ Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

1 Corintios 7:23 ; “ Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.”

De acuerdo a lo enseñado por el apóstol Pablo a los Corintios, llegamos a la condición de esclavos por que fuimos comprados por Cristo

¿Cuál fue el precio pagado por nosotros?
Los esclavos eran valorados en 30 piezas o siclos de plata. La Biblia menciona el precio que Cristo pago por nosotros:
Mateo 20:28; “ como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”.
1Timoteo 2:6 a; “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos,”.
1 Pedro 1:18-19; “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,”.
El valor de algo o de una operación, está dado por el precio pagado. Pensemos en el precio pagado por Cristo, “Se dio a si mismo”, “dio su vida”, pago con” la preciosa sangre de Cristo”. Quisiera Dios abrir nuestro entendimiento para comprender plenamente estas palabras, para aquilatar certeramente el precio por Cristo pagado. Que alto precio pago Cristo por nosotros. Cuan indignos deberíamos sentirnos de ese alto valor pagado, al considerarnos a nosotros mismos, vidas plagadas de infidelidades y faltas. Vidas plagadas de vanidad, egolatría, envidia, mentiras, hipocresía. ¿No deberíamos reflexionar y ser motivados por ese alto precio a una vida más consecuente con lo que Dios espera de nosotros?.
¿Para que nos compro Cristo?-

Los esclavos en la antigüedad, entre otras cosas, eran usados en tareas domésticas, en plantaciones, en faenas mineras en las galeras como remeros en las guerras. Busquemos en las escrituras la razón por la cual nos compró Cristo. Según el apóstol Pablo, cuando Cristo nos llama siervos espera de nosotros:
2 Timteo 2:24 ; “24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.”.
Otra cita al respecto la hallamos en la carta a los romanos
Romanos 6:18 ; “y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”.
Este pasaje necesita un pensar más detenido, ¿Qué quiere decir suevos de la justicia?. Literalmente es que pertenecemos a la justicia o sus principios. Una definición de justicia es : Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. Es decir que Cristo nos hace su esclavo y nos obliga a ser gente que practique la justicia, es decir, a ser gente de buen vivir que no daña a su prójimo, pues está obligado a obrar y juzgar respetando la verdad. Cada acción u omisión debe ser en el principio de respetar la verdad y dar siempre a cada uno lo que le corresponda; respeto, dignidad, confianza, amor, lealtad, amistad, refugio, etc.. Cristo nos hace su esclavo pafa ser buenas personas con los demás.

Por cuanto tiempo debemos servir a Cristo como siervos.
Cada ser humano tiene un libre albedrío de rechazar el llamado y remisión de Cristo. Las iglesias están llenas de historias de hombres y mujeres que gustaron del evangelio y luego renunciaron a esa vida de siervos de Dios y optaron por alejarse de su Señor. Afortunadamente más son los que han decidido permanecer junto al Señor.
En el antiguo tiempo había un momento en que el esclavo por haberse cumplido la pena, o haber ya resarcido lo dañado o por jubileo podían irse libres, pero existía la posibilidad de que el esclavo o siervo no quisiera irse, en ese caso las escrituras decían:
Deuteronomio 15: 17; “16 Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo;
17 entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada
Si tú amas al Señor y su casa y te va bien con el Señor, quédate para siempre a su lado. A pesar de las flaquezas, debilidades y otras tantas taras espirituales, amamos a nuestro Señor y amamos su casa. A pesar de vivir momentos difíciles y complicados en el evangelio, nos va bien con el Señor, quedémonos por siempre a su lado. Ser su esclavo es bueno, ………, nos hace sentir libres.
Un abrazo y bendiciones

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