25/3/2018

Lucas 5
17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.
19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús.
20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.
21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?
23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

En loa versículo previos de este capítulo la multitud se agolpa para oír al maestro. En esos menesteres se produce la “pesca milagrosa”, desde el versículo 1 al 11, hecho ante el cual Pedro reconoce la persona divina de Cristo. Al llegar a la orilla Pedro junto a Jacobo y Juan, dejan todo para seguir a Jesús. Es decir, comienza a crecer el grupo de los seguidores constantes de Jesús y se suma un echo sorprendente cuando Jesús sana a un leproso, versículos 12 al 16. Si bien al inicio del capítulo se dice que la gente viene a oír a Jesús, ahora no solo le viene a oír, sino también a ser sanados de sus enfermedades.
Este ambiente de crecimiento y consolidación del grupo de sus seguidores y de las multitudes que acuden tras Jesús, hace que muchos escribas y fariseos de las aldeas de Galilea, de Judea e incuso de Jerusalén, ahora son parte de los oyentes, seguramente movidos por la curiosidad, la envidia y el orgullo,

Al leer y pensar detenidamente este pasaje, acorde a Mathew Henry podemos extraer tres verdades de nuestra fe.
1.- El pecado es el mayor mal qu puede afectar al hombre
Un par de ejemplos los hallamos en:
Romanos 6: 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 512 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
2 Jesús puede perdonar pecados
El juego de palabras respaldado por un magnifico milagro que usa Jesús ante los pensamientos de los que le critican por “perdonar pecados”:
23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Permite deducir que Jesús tiene potestad para perdonar pecados.
3 Jesús es Dios.
Las escrituras del Antiguo Testamento postuba.
a) Dios conoce los pensamientos del hombre
Job 42: Respondió Job a Jehová, y dijo:
2 Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
Salmo 139: 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
b) Solo Dios perdona pecados
Los libros de la ley dejaban en claro que solo Dios perdona pecados, mediante los sacrificios y ofrendas establecidos en la ley. Recordemos como ejemplo las aguas de salvación y el día de la expiación.
Si solo Dios conoce los pensamientos y perdona pecados y en este pasaje Jesús conoce los pensamientos de los hombre y perdona pecado, podemos decir que Jesús es Dios
El pasaje leído no solo nos muestra una historia de compasión y amor del Señor hacia un necesitado, también nos permite ver la riqueza escondida en las tres verdades de nuestra fe que ahí se presentan. El pecado es el mayor mal para el hombre, pero Jesús puede perdonar ese pecado, porque Jesús es Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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