En esto creemos

Los miembros de la Iglesia El Conquistador, creen en Jesucristo como único medio de salvación y aceptan la Biblia como su único credo, sostienen que ciertas creencias fundamentales son enseñanzas de las Santas Escrituras. Estas creencias, así como están presentadas aquí, constituyen el fundamento y la expresión de la Iglesia sobre las enseñanzas de las Escrituras.

Creemos que es necesario estudiar la palabra de Dios, con un corazón sencillo buscando la simpleza de Jesús, huyendo de filosofías y huecas sutilezas de las que gustan hombres vanagloriosos. Este estudiar nos permite recurrir a las herramientas y medios hermenéuticos y exegéticos necesarios y disponibles.

Las Santas Escrituras

En la Iglesia El Conquistador creemos que las Santas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento son la Palabra escrita de Dios, dadas a los hombres santos por divina inspiración de Dios quienes hablaron y escribieron así como fueren movidos por el Espíritu Santo. A través de ella Dios ha entregado al hombre el plan para la salvación. Las Santas Escrituras son la infalible revelación de Su voluntad. Cada creyente crece en gracia a medida que crece en el conocimiento de Jesucristo. En la palabra de Dios los creyentes ,forjan su carácter y personalidad.

La Trinidad

La Iglesia El Conquistador es una Iglesia Trinitaria, afirmamos que hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas co-eternales. Creemos que Dios es:

Padre: Dios el eterno Padre es el Creador, El Origen, El Sustentador, y el Soberano de toda la creación. El es justo y santo, lento para la ira y abundante en constante amor y fidelidad.

Hijo: Dios el eterno Hijo se hizo carne en Cristo Jesús. Por Él todas las cosas fueron creadas, por Él la voluntad de Dios es revelada al hombre y la salvación de la humanidad es realizada, y el mundo es juzgado. Él sufrió y murió en la cruz por nuestros pecados, resucito victorioso al tercer día y Él volverá de nuevo en gloria y majestad.

Espíritu Santo: Dios el eterno Espíritu fue participe junto al Padre y al Hijo en la creación, la encarnación de Cristo y la redención de la Cruz. Él inspiro a los escritores de las escrituras. El llama y convence al ser humano de su condición de pecador, y aquellos quienes responden, Él los renueva y transforma en el sacrificio de Cristo. Enviado por Dios el Padre para estar siempre con sus hijos, otorga dones espirituales a la Iglesia y le da poder para ser testigo de Cristo, guiándolos a toda verdad y toda justicia.

Los principales atributos de Dios son:

a) Eterno: Siempre ha existido, siempre existirá.

b) Omnisciente: Conoce el porvenir, lo mismo que el pasado.

c) Omnipresente: Los cielos de los cielos no lo pueden contener, por lo que jamás podemos hallarnos lejos de Él. Él está en todo lugar.

d) Todopoderoso: Su omnipotencia se manifiesta en todo el universo.

e) Espíritu: Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y verdad es necesario que le adoren.

f) Misericordioso y justo: En su misericordia Dios ha tenido compasión del pecador, pero solamente en su justicia, le salva, quitando de sobre él los pecados.

g) Santo: Dios se declara Santo y esa Santidad Divina, exige santidad a quienes le seguimos.

h) Amor: El amor es el motivo de las acciones de Dios, cada acción muestra su amor para con el hombre.

La naturaleza del hombre

En la Iglesia El Conquistador creemos que el hombre y la mujer fueron creados a la imagen de Dios, con individualidad, y un libre albedrío de pensar y actuar. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, ellos negaron su dependencia de su Creador. A causa del pecado ellos fueron sujetos a la muerte.

Su descendencia sufre también de su naturaleza caída y de sus consecuencias. El hombre nace con debilidades y con tendencias al mal. Pero Dios en Cristo, reconcilia al mundo mediante el sacrificio de Jesús en la gloriosa cruz.

La vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo

La Iglesia El Conquistador cree firmemente, que en la vida de Cristo de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, en Su sufrimiento, en Su muerte, y en Su resurrección , Dios proveo la única manera de expiación para el pecado humano. Esta expiación perfecta condena nuestros pecados, y a la vez provee el sacrificio necesario por nuestro perdón.

La muerte de Cristo es sustitutora; por cuanto en la cruz tomó el lugar de nosotros los pecadores, es expiatoria; por cuanto la sangre por Él derramada limpia al hombre de todo pecado, es reconciliadora; por cuanto por su muerte el hombre puede acercarse a su Dios y Creador, es transformadora; por cuanto quien acepta y recibe su sacrificio es hecho una nueva criatura, al nacer de nuevo.

La resurrección de Cristo proclama el triunfo de Dios sobres las fuerzas del mal y para aquellos quienes aceptan su expiación les asegura victoria final sobre el pecado y la muerte.

La experiencia de la salvación

En la Iglesia El Conquistador afirmamos que en su infinito amor y misericordia Dios permitió que Cristo quien no tenia pecado, llevara pecado por nosotros para que en Él pudiéramos ser justificados ante Dios.

El Espíritu Santo nos permite reconocer nuestra necesidad de salvación, al reconocer nuestros pecados. El mismo Espíritu Santo nos lleva al arrepentimiento de nuestras transgresiones, encaminándonos a Cristo como substituto nuestro en la cruz, aceptándolo por la fe como nuestro salvador. Por medio del Espíritu somos nacidos de nuevo y santificados. El Espíritu renueva nuestras mentes, escribiendo la ley de Dios en nuestros corazones y nos ayuda a vivir una vida santa.

Por medio de la fe en Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios y somos liberados del dominio del pecado. Permaneciendo en Él somos hechos participes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad de la salvación hoy.

La Iglesia

En la Iglesia El Conquistador creemos que la iglesia es la comunidad de creyentes que confiesan a Cristo Jesús como Señor y Salvador. La Iglesia Universal esta compuesta por todos aquellos que verdaderamente creen en Cristo.

La iglesia es la novia por quien Cristo murió con tal de santificarla y limpiarla. En Su regreso triunfante, Él la presentara a Dios el Padre como gloriosa y triunfante, compuesta por los fieles de todas las edades, comprados por Su Sangre, una Iglesia sin mancha y sin arruga.

La iglesia reconoce la autoridad de Cristo quien es el Verbo encarnado, y de las Escrituras que son la Palabra escrita. Esta llamada a guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, siendo su principal misión proclamar la salvación por medio de Cristo.

La iglesia es la familia de Dios adoptada por Él como hijos e hijas. Se congrega para alabar a Dios en espíritu y en verdad, para la instrucción en la Palabra de Dios, para la proclamación mundial del evangelio, para la celebración de la Cena del Señor, para servicio a la humanidad, y para el compañerismo y confraternidad cristiana.

Unidad en el cuerpo de Cristo

La Iglesia El Conquistador considera que la iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de toda nación, lengua, y pueblo, sin distinciones de raza, cultura, educación, y nacionalidad, sin diferencias entre alto y bajo, rico y pobre, hombre y mujer.

Por medio de la revelación de Cristo Jesús en las Escrituras, compartimos la misma fe y esperanza. Somos todos iguales en Cristo, quien por un solo Espíritu nos ha enlazados en compañerismo con Él y con el uno al otro. Esta unidad tiene su origen en la perfecta unión de los Miembros de la Deidad, que nos ha adoptado como Sus hijos.

El bautismo

En la Iglesia El Conquistador creemos que con el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Cristo Jesús, y testificamos de nuestra muerte al pecado y de nuestra intención de caminar en una vida nueva. Así públicamente reconocemos a Cristo como Señor y Salvador, nos convertimos en sus criaturas, y somos recibidos como miembros en Su Iglesia.

El bautismo es símbolo de nuestra unión con Cristo. Creemos que la esencia del bautismo esta en el acto de fe que simboliza. Aceptamos la aspersión como método de bautismo, sin ser contenciosos con quienes practican la inmersión.

En cuanto al bautismo de infantes, sin pretender caer en dogmatismo, creemos que la evidencia bíblica nos indica que es aplicable a adultos con capacidad de razonamiento, para arrepentimiento de pecados, tal como lo predico Juan el Bautista. Al igual que en el método de bautismo, no contendemos con quienes creen en el bautismo de infantes.

La cena del Señor

La Cena del Señor es una participación del cuerpo y sangre de Jesús, como expresión de fe en Él, como nuestro Señor y Salvador. En esta experiencia de comunión Cristo esta presente para reunirse y fortalecer a los suyos.

La preparación del creyente para la Santa Cena incluye; un examen del interior, un arrepentimiento, y una confesión ante Dios.

Al tomar parte en la cena del Señor, proclamamos la muerte del Señor hasta Su próxima venida. El Maestro la ordeno para que mostráramos públicamente nuestra intención de vivir una vida de renovación y limpieza, para expresar una buena voluntad para servir el uno al otro en humildad semejante a la de Él, y para unir nuestros corazones en amor.

El servicio de comunión es abierta a todo creyente Cristiano, que ame a su Señor.

Dones espirituales y ministerios

La Iglesia El Conquistador cree que Dios otorga a cada miembro de Su iglesia en cada época dones espirituales con los cuales puede actuar efectivamente para el beneficio de la Iglesia y la humanidad. Dados por la voluntad del Espíritu Santo, quien dota a cada miembro de la Iglesia como sea Su voluntad.

Los dones proveen toda habilidad y ministerios que la Iglesia necesita para cumplir las funciones ordenadas por Cristo. De acuerdo a las Escrituras, estos dones son: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, sanidades, milagros, profecía, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lengua e interpretación de lenguas.

El Espíritu Santo dota a miembros de la Iglesia con ministerios como el pastoral, el de evangelismo y la enseñanza, que sirvan para preparar a los miembros de la Iglesia para el servicio, para levantar a la Iglesia a una madurez espiritual, y para fomentar unidad de la fe y conocimiento de Dios.

Cuando los creyentes emplean estos ministerios como fieles mayordomos de la gracia de Dios, la Iglesia es protegida de la influencia destructiva de las falsas doctrinas, creciendo con la ayuda de Dios en fe y amor.

La mayordomía

Los miembros de la Iglesia El Conquistador somos mayordomos de Dios. Dado que un mayordomo es quien administra los bienes de la casa de otro superior a él, a nosotros se nos ha confiado con tiempo y oportunidades, habilidades y posesiones, la bendición de la tierra y sus recursos.

Somos responsables ante Dios por el uso apropiado de la tierra y los recursos naturales, debemos cuidar a la medida de nuestras fuerzas y capacidades la tierra y sus recursos, que son creación de Dios por su palabra. Nuestras actividades diarias, deben enmarcarse en el respeto por la naturaleza, siendo ejemplo ante la sociedad y nuestros hijos.

Reconocemos que Dios es dueño de todos los bienes que adquirimos por medio de nuestro trabajo y esfuerzo. Parte de nuestro servicio fiel a Él y a nuestro prójimo, es devolviendo el diezmo y las primicias, además dando ofrendas de lo recibido de su mano, para la proclamación de su Evangelio y el sostén y crecimiento de su Iglesia.

La mayordomía es un privilegio dado por Dios para nutrirnos en amor y para la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija en las bendiciones que vienen a otros como el resultado de su fidelidad. Solo si el mayordomo administra fielmente lo recibido de Dios , al final recibirá lo que le pertenece, por ser un buen mayordomo, la herencia eterna.

El comportamiento cristiano

Los miembros de la Iglesia el Conquistador, somos llamados a ser personas devotas quienes piensan, sienten, y actúan en armonía con los principios cristianos.

Para que el Espíritu Santo pueda moldearnos en el carácter de nuestro Señor debemos vivir una vida que redunde en pureza, salud, y gozo Cristiano en nuestras vidas.

Reconociendo las diferencias culturales, nuestra vestimenta y apariencia física, ha de ser simple, modesta, y primorosa, estando consciente de que la verdadera belleza no consiste de un adorno superficial sino en el adorno de un espíritu manso y quieto.

Porque nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo debemos cuidarlos sabiamente. Junto con ejercicio y descanso adecuado debemos de adoptar la dieta mas saludable posible y abstenernos de comidas dañinas a nuestro organismo. Ya que las bebidas alcohólicas, el tabaco, el abuso de drogas y narcóticos, son dañinos a nuestros cuerpos debemos abstenernos de ellos.

El matrimonio y la familia

En la Iglesia El Conquistador aseveramos que el matrimonio fue divinamente establecido en el Edén y confirmado por Jesús para ser una unión por vida, en compañerismo amoroso entre un hombre y una mujer. Creemos además que Dios ama y bendice el fruto de esta unión, el cual es la familia.

Para el Cristiano el compromiso de matrimonio con su cónyuge es realizado ante Dios, y debería ser emprendida por parejas quienes comparten la misma fe. El amor mutuo, el honor, el respeto, y la responsabilidad son los elementos que alimentan a esta relación, la cual ha de reflejar el amor, la santidad, intimidad, y permanencia de la relación entre Cristo y su Iglesia. Los matrimonios quienes se dedican y cuidan uno al otro en Cristo, pueden realizar una unidad amorosa por medio de la dirección del Espíritu y enseñanzas de la iglesia.

Dios bendice a la familia e intenta que sus miembros se ayuden el uno al otro hacia la madurez completa. Los padres deben enseñar a sus hijos a amar y obedecer al Señor. Con su ejemplo y sus palabras ellos deben enseñarles que Cristo es él Padre eterno y amoroso, que quiere que ellos sean miembros se su Cuerpo, la familia de Dios.

La segunda venida de Cristo

Para la Iglesia El Conquistador la segunda venida de Cristo es la esperanza bendita de la iglesia, el acontecimiento profético mayor del evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible, y mundial. Cuando Él regrese, los muertos en Cristo serán resucitados y juntos con los creyentes fieles que estén vivos serán glorificados y llevados al cielo.

Las profecías casi todas cumplidas, junto con la condición en que hoy día esta el mundo indican que la venida de Cristo es inminente. El día y la hora de tan grande acontecimiento, no han sido revelados; pero somos llamados a estar preparados en todo tiempo, para participar de tan grande y esperado evento, el rapto de la Iglesia.

La muerte y la resurrección

La Iglesia El Conquistador cree que la paga del pecado es muerte. Pero Dios que es Santo e inmortal, concederá la vida eterna a sus redimidos en su segunda venida. Hasta ese día, la muerte se enseñoreará sobre toda persona; pero cuando Cristo quien es nuestra vida, se manifieste, los santos resucitados y los salvos vivos serán glorificados y recibidos a encontrarse con su Señor, para participar de las Bodas del Cordero y para vivir eternamente junto a su Señor y Salvador.

Esta bendita esperanza no la alimentan quienes no reciben a Cristo, pues ese ,momento glorioso de resurrección no les pertenece, permaneciendo muertos a la espera del juicio eterno, con la expectativa de una condenación eterna.

La Tierra Nueva

La Iglesia El Conquistador espera que en la tierra nueva en la cual los justos vivirán, Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un perfecto ambiente para vida, amor, gozo, e instrucción eterna en su Presencia.

Es aquí que Dios mismo morara con su pueblo, donde la muerte y el dolor no existirán más. El gran conflicto entre el bien y el mal habrá terminado y el pecado no será mas. Todas los seres vivientes declararán que Dios es amor y Él reinara para siempre. Amén.