Nuestra historia

La historia de nuestra iglesia comienza a escribirse , desde el 1ro. de noviembre del año 2000. Aquel día, un grupo de familias, unidos por un mismo sentimiento de lealtad y fidelidad a Dios, se veían enfrentados a una serie de dilemas individuales y colectivos. Deciden entonces aceptar el desafío de Dios y continuar juntos en la senda del Evangelio del Señor Jesucristo, emprendiendo el desafío de crear la “Iglesia Evangélica El Conquistador”.

De ninguna manera, esta fue una decisión fácil, pues sólo se tenía a favor el ferviente interés de servir al Señor, el sincero deseo de permanecer juntos y la inquebrantable voluntad de consolidarse como una Iglesia pregonera del evangelio del Señor Jesucristo.

No había apoyo externo. No existía una cuenta de ahorro. No había infraestructura. Mucho menos un terreno. Cual israelitas, comenzamos un viaje, sin tener un lugar físico para la adoración a Dios.

Recordar esas circunstancias, lejos de provocarnos tristeza, nos embarga de enorme gozo. Aquellos difíciles momentos que enfrentamos, produjeron una férrea unión en los hermanos y una motivación increíble. Con absoluta voluntad y compromiso, algunas familias abrieron las puertas de sus propios hogares para la celebración de nuestras primeras reuniones. Otros ponían a disposición sus vehículos para el traslado de sus hermanos. Y lo más importante, a pesar de las incomodidades de aquellos primeros momentos, nunca faltó su palabra y su unción. Hoy lo sabemos: la misericordia de Dios nunca nos ha faltado.

Ante la necesidad de fortalecer la identidad de los hermanos y la naciente Iglesia, nuestro pastor nos presento el nombre de la naciente congregación: “Iglesia Evangélica El Conquistador”, como una invitación para salir a conquistar el mundo a través del amor de Dios. De la misma manera nos presento el símbolo que hoy nos representa, que fue diseñado por nuestro hermano David Guaman Medrano : el escudo de la fe, la espada de la palabra de Dios y la cruz gloriosa que nos guía a la libertad.

Para liderar esta nueva congregación Dios se proveyó de un varón, miembro antiguo de la Iglesia que con su familia servían por años en puestos de liderazgo, previo a la separación. Asi el …., es nombrado pastor gobernante de la nuevo congregación nuestro pastor Juan C. Guaman Rivas, casado con nuestra pastora Ivonne G. Medrano de la Fuente, quienes presiden nuestra congregación hasta el día de hoy.

Pero la identidad, la alegría, la voluntad y el entusiasmo del comienzo no eran suficientes. El creciente número de hermanos y los grandes sacrificios de varias familias, hacen plantear a los hermanos encargados, la imperiosa necesidad de tener un terreno propio, la primera sede de nuestra Iglesia. Esta necesidad no estaba ajena a los designios de Dios. Su omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia se revelaron a su pueblo en la compra de nuestro primer terreno, ubicado en un barrio del sector poniente de la comuna de La Florida en Santiago. La voluntad de los hermanos se hizo notar. Lo creíamos, pero no imaginábamos la dimensión del beneficio que ha significado esta obra, no sólo para la grey de Dios, sino que para toda la comunidad del sector.

Concluida la ardua labor de limpieza del nuevo terreno, Dios permitió la realización de las primeras Escuelas Dominicales y reuniones generales dentro del terreno, al lado de un ciruelo que permaneció en el lugar como mudo testigo de esa atmósfera espiritual, inigualable, rica en amor de Dios, compañerismo y cariño fraternal. Y en las noches, nuestro techo: las estrellas del cielo, que observaban con deleite el milagro de los primeros pasos de nuestra Iglesia.

En poco tiempo, el Señor permitió la adquisición de dos mediaguas, que continuaron cobijando a las familias en cada una de las reuniones convocadas. No importaba si existían o no asientos para nuestra comodidad, el interés en congregarnos no menguaba. Más tarde, aquellas construcciones de madera serían parte del primer casino que tuvo nuestra Iglesia; otro mudo testigo, esta vez de la esforzada labor de hermanas y hermanos que cocinaban para apoyar en las decenas de eventos para recaudación de fondos y cuidar a quienes participaban en las cientos de jornadas de la construcción.

Quizás algunos puedan pensar que las primeras condiciones en que se trabajó en este lugar, podrían significar un menoscabo personal o un desmedro en su estatus social. O tal vez podrían cambiar el estado de ánimo para servir al Creador. Pero contrariamente la congregación se fortalecía más aún, trabajando con denuedo en la preparación del terreno para levantar una nueva construcción, la que se podría considerar como nuestro primer templo propiamente tal. Un lugar que por siete años nos permitió congregarnos, y donde vivimos la mayor parte de nuestras experiencias de trabajo, unión y esfuerzo.

Nuestro primer templo, sin lugar a dudas, quedará en la memoria y retina de quienes pertenecemos a la Iglesia El Conquistador. En aquel lugar vimos una serie de trabajos espirituales y sociales, muchos de los cuales nos permiten ver frutos el día de hoy.

Nuestra primera y humilde biblioteca, se albergada en una pequeña pieza llena de libros y de amor por los niños del barrio y de la Iglesia, la que ha sido reemplazada por modernas amplias y cómodas instalaciones.

Al poco tiempo de tener nuestro primer templo, la misericordia de Dios se hizo latente al permitirnos formar parte de aquellas primeras instituciones religiosas que obtuvieron personalidad jurídica de Derecho Público, y así figurar en el registro N° 104 que al efecto lleva el Ministerio de Justicia. La Iglesia Evangélica El Conquistador se instauraba legalmente, tal como ya lo había hecho en cada uno de nuestros corazones.

Elohim, que significa Dios Altísimo, fue el nombre escogido para nuestra primera sede, la que hoy alberga el templo central y las oficinas administrativas. En el mismo tiempo, nace el interés de contar con una nueva sede para los hermanos que vivían en la comuna de San Joaquín. Así nace el templo El Shaddai, nombre que significa Dios Omnipotente. Nuestra segunda sede está actualmente emplazada en el sector de Avenida Departamental con Avenida Las Industrias. De esta manera, sigue cumpliéndose el compromiso de la Iglesia El Conquistador, de llevar el amor a todos, sin exclusión y sin límites de territorio.

Con el transcurso del tiempo, Dios nos concede la bendición de comprar el segundo terreno aledaño al que albergaba al antiguo templo central. Con ello, tuvimos la oportunidad de cumplir con las normas del Plan Regulador de la Comuna, pero además nos daba la posibilidad de tener un sueño más grande: construir el Templo definitivo, acorde a la estructura, lineamientos y objetivos que Dios puso en nuestros corazones y en el de nuestro pastor en particular. Confiando en la provisión divina se inicio la tarea de construir el actual templo Elohim, el cual fue dedicado el 11 de Diciembre del 2010.

Los que somos integrantes de esta gran comunidad de amor y fe, tenemos presente la responsabilidad de cuidar, mantener y bien utilizar la obra que nuestro Dios nos a entregado para administrar.

Que cada hombre y mujer que nos conozca sepa encontrar el amor de Dios, inagotable para todos, incondicional para todos. Que seamos el oasis, el abrigo, el refugio del necesitado y el santuario del Dios Todopoderoso. El lugar de encuentro entre mujeres y hombres con su Dios. Que todos sientan el amor de Dios y la bienvenida a la Iglesia Evangélica El Conquistador.