frases-sobre-perdao-biblia-7     1° Juan 2: 3-6

“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
EL QUE DICE QUE PERMANECE EN ÉL, DEBE ANDAR COMO ÉL ANDUVO.”

 

Permanecer:- Mantenerse sin cambios en un mismo lugar, estado, condición o cualidad. Quedarse.

 

Para Dios es sumamente importante que el ser humano este verdaderamente unido a Él, no solo de palabra, sino de forma real. Cuando decimos  que permanecemos en Él, quien nos vea debe ver la vida misma de Cristo en nosotros. Por esto repasaremos tres aspectos de la vida de Jesús que se deberían notar en nosotros: _

 

1.- “Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? ” (Lucas2:48-49). Al leer estos versículos nos damos cuenta que para Jesús era trascendental pasar tiempo de calidad en el templo de Dios “ocupándose de los negocios de su Padre” Este anhelo debería estar siempre en nosotros. Es importante no dejar de congregarse y cada día aprender más de su palabra.

2.- “Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. “ (Juan8:7). Jesús era misericordioso con quien era encontrado en pecado, por lo tanto nuestro deber es actuar de la misma forma. Si se ve a alguien en pecado, orar por ellos y tratar de ayudarlo. Las críticas no ayudan, sino destruyen.

         3.- “Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.” Mateo 15:32. Jesús era compasivo no solo con sus discípulos sino también con los que aún no le reconocían como su Salvador. Nosotros también debemos preocuparnos por quienes nos rodean.

 

Cuando decimos que conocemos a Dios, debería haber una evidencia física de esto, en nuestra forma de actuar y de pensar, la que necesariamente se traspasaría a nuestra personalidad de tal manera que todos quienes nos conocen estarían obligados a percibirlo.  El cristiano debe estar enlazado en forma innata a Cristo en cada aspecto de su vida.

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