En este día especial deseo saludar a mis amadas hermanas en su día. Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón de una madre.

Ser madre es una hermosa labor que termina el día que morimos. Para el mundo somos una madre más, pero para nuestra familia somos un tesoro. Cuando eres madre nunca estas sola en tus pensamientos. Una madre piensa 2 veces una por sí misma y otra por su hijo(a)

En las diferentes etapas de nuestros hijos(as) es importante estar ahí para ellos porque no solo cuando son pequeños nos necesitan, cuando van creciendo y enfrentando nuevos desafíos en la vida también. El amor de una madre comienza cuando estamos embarazadas y es verdaderamente ciego porque comenzamos a amar a nuestros hijos(as) antes de ver su cara o ver cómo serán. Para un niño(a), su madre es su mejor amiga, su protectora, su enfermera y su maestra. Cuando son jóvenes tratamos de guiarlos en la dirección correcta, escucharlos, aguantarles sus cambios de humor y arrogancia; sin dudar estamos presentes en sus penas y alegrías.  Y por último cuando nuestros hijos(as) se casan o se van de casa se comienza a vivir lo que se llama “síndrome del nido vacío” que algunas mamás les afectan más que a otras, se dice que una mamá tiene 2 maneras de enfrentarlo: caer en una pena muy profunda o comenzar a hacer cosas que le ocupen su tiempo. Debemos recordar que, aunque estén lejos nunca dejarán de ser su hijo(a)-

 A nuestros hijos que tienen a su madre con vida les insto a saludarlas, amarlas y cuidar de ellas no solo en este día; todos los días las madres son madres. Por mi esposo sé que es muy triste cuando la mamá ya no está y como se le echa de menos. Por lo tanto, cada vez que mires a tu madre, disfruta el presente y piensa que, aunque siempre estará en tu corazón, no siempre estará contigo en esta vida. Nadie cree en ti como lo hace tu madre. Agradécele por dejar atrás tus pequeñas imperfecciones. El único amor incondicional no es un mito: lo puedes observar todos los días en las madres.

 A los hijos que ya están casados o que ya no viven con su madre recuerden una llamada telefónica de vez en cuando hace muy bien al corazón de su madre que lo ha dado todo por ser las personas que hoy son. Recuerda que el amor de una madre es paciente y perdona cuando todos los demás abandona, no falla o flaquea incluso cuando el corazón está roto. El amor de una madre es algo que nadie puede explicar, esta echo de una profunda devoción y de sacrificio y dolor, es infinito, desinteresado y perdurable pase lo que pase porque nada puede destruir o quitar ese amor de su corazón.

Crecer no significa nada para una madre. Un niño es un niño. Se hacen más grandes, pero para ellas siguen siendo sus niños. Nuestras oraciones siempre son escuchadas por nuestros hijos(as). Como dijera Abraham Lincoln: – “Recuerdo las oraciones de mi madre y me han perseguido toda mi vida. Se han aferrado a mi toda mi vida.”

Finalmente, muchas bendiciones a mis amadas hermanas que tengan un día de la madre feliz perfecto sabiendo que, aunque no podamos recibir el abrazo y beso de nuestros hijos(as) en estos tiempos de pandemia, ellos están con nosotras en nuestro corazón.

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